La
antigua aristocracia
Caillebotte. La ventana |
Las
viejas clases dominantes del Antiguo
Régimen (fundamentalmente
la nobleza) perdieron gran parte de su
influencia a lo largo del siglo XIX. Abolidos
sus privilegios legales tras las revoluciones burguesas,
conservaron no obstante, gran parte de su poder
económico, cimentado esencialmente
en la propiedad de la tierra. |
Progresivamente fueron integrándose
en el mundo de los negocios bancarios y comerciales,
entroncándose vía matrimonial con
la pujante burguesía. Su prestigio
social siguió intacto y, en cierto modo,
continuaron jugando un papel relevante en la administración,
la diplomacia, el ejército y la política
(Se concedieron nuevos títulos
de nobleza). |
En
el Mediterráneo (España)
y Europa Oriental (Rusia)
su papel fue aún más significativo, dado el considerable
retraso que esas áreas tenían frente o a otras más modernas.
En
Inglaterra la gran aristocracia (los lores)
dominó la Cámara Alta y destacó en
los más elevados puestos del ejército, el
gobierno y la diplomacia.
En
la Alemania prusiana los terratenientes nobles
(los junkers) controlaron el ejército,
el gobierno y gran parte del mundo de la economía.
En conclusión, durante gran parte del siglo
XIX formar parte de la aristocracia siguió siendo
la principal y mejor forma de adquirir prestigio
social.
La burguesía